Salí con una chica y se murió.

Conocí a una chica en la calle y la invité a salir, la pasé a buscar por su casa , pero cuando estábamos caminando hasta la plaza se murió… entonces para librarme del problema se me ocurrió llevarla a su casa: haciendo de cuenta que nada había sucedido, pero para que pareciera viva le até los brazos y los pies como si fuera una marioneta, total las manos que la movían quedaban fuera de cuadro y nadie las iba a ver. Si bien parecía sospechosa podría interpretarse como si ella fuera una borracha aproveché y me tomé una petaca de Mariposa que tenía en el cinturón para resultar más convincente. Nos paró un inspector de tránsito, que nos pidió nuestras identificaciones y nos preguntó los nombres, pero la chica se murió antes de que yo le preguntara su nombre por lo tuve que inventarlo: Yo soy Hugo Jaime y ella es Panchita Fontana. El inspector se emocionó… tu eres Panchita Fontana , la conductora del programa “La Madrugada Loca” por la FM 163.32!!! Qué alegría conocerte!!! Pero por qué no hablas Panchita?...Primero intenté la ventriloquía pero el tipo no me creyó, tuve que inventar que veníamos de ver Racing – Peñarol por la copa Libertadores y que ella se había quedado afónica gritándole al juez de línea. Empezó a llover a cántaros el inspector nos hizo entrar a su casita de vigilancia para que no se nos achicara la ropa con el agua. El licor que me había tomado empezó a hacer efecto y tuve el impulso de besarle el cuello a la chica, al guardia le excitó la escena y le empezó a acariciar la espalda a ella, y a besarme a mi, la situación fue poniéndose cada vez más intensa hasta ser interrumpida con una ola gigante proveniente de la represa que se había desbordado. Debido a la influencia del alcohol me costó salir a la superficie, y desperté en el techo de una estación de GNC. A la chica con la que salí y se murió nunca más la volví a ver y al inspector de tránsito me lo crucé una vez pero miró para otro lado seguramente recordando la embarazosa situación en la que se había involucrado y quizás sintiéndose culpable por la muerte de la chica de la que nunca pude saber el nombre.