26.10.06

Chicle
Tu piel rosa chicle
se pegaba a mi,
en mi paladar
en mi espalda
pero a su vez,
en pocas horas
perdió su sabor tutti-frutti
y se endureció como una roca.

Mármol

Enfrascado en desafíos
enterrando la cabeza
en el frío mármol.
Sentís la crudeza
de surgir ahora
cuando las aguas
se abren delante tuyo
y la multitud cree que fuiste vos.

Abisal

De curiosos peces es guardián,
confortándolos con espuma mentolada
y corrientes cálidas y turbias.
Sombras de sirenas arrepentidas
sobre una escafandra incrustada en el coral,
el hombre pez-abisal
enciende su apéndice luminoso,
emitiendo un “s.o.s.” en código morse,
para que alguien lo saque de allá abajo.

Condensada


Se nos enroscaban alrededor de las piernas,
pero no ofrecían manzanas esta vez,
ahora nos traían la dulzura del confite,
diseñada para cariar todos nuestros ojos.

Zidane

Y los andrajosos perseveran,
triunfan en la gran manzana,
imponen las frentes rotas y sangrantes contra la pared,
imponen al viento que se lleva cartas de amor,
el que se lleva billetes mojados
y anuncios de: “ busco a mi perro perdido”
Sobrevuelan fantasmas sobre la escalera mecánica
y agitan sus tiras de cupones alimentarios,
mientras cantan canciones del fulbo.

Pelotas de goma


Dedos cortos y blandos
emergen de fotografías
vienen a cobrar deudas de honor
y te explican que son de tu pasado
y que te van a atormentar
hasta que les devolvás
todas las pelotas de goma
que les pinchaste.


Escupida

Entramado de rombos
poeta desteñido
amor acuarelable
goteando rojo aguachento
sobre tu pollera blanca.

Ascensor

Frustrado en cada intento
resigno todas tus inyecciones
de que me veas.
Apegado a los subterraneos,
me encuentro absolutamente desesperado
en la altura y el vértigo...
(jugás al yo-yo)

Flequillo

Los flaquitos que te gritan
con hambre y mugre
te tapan de a poco las arterias,
con cartón, con nylon, con esperma.
El fierro te quema en la sien
cada vez más.
En tus anteojos polarizados,
me peino para el costado
mi planchado flequillo.

Bandeja de plata

Sopla viento despecho
por los pasillos del muslo
pinchan con apéndices
nubes tábanos
atraídos por el dulce aroma
de la venganza servida fría
y en bandeja de plata.

Ícaro
Estudiados los pasos
soltás mi cuerpo
para que vuele
entre barriletes
atado como estoy,
solo me quemo,
y hasta los huesos.
Algún pelotudo
me pide un deseo,
confundiéndome
con una estrella fugaz.

Espantapájaros
Se adueño del cántero
y de sus dedos de los pies,
crecieron malas hierbas,
y sospechosos insectos
se comieron tus pensamientos.
Un trance de jungla y bajos reforzados
enmudece mi voz de gotera
y con faltás de ortografía,
te hago señas,
para que no me dejés solo.

Aloe Vera

Me cortaste por lo sano
con tu tijerita china
voy a buscar
en los patios de la cuadra
plantas de aloe vera
para curar mi cuello,
y si la encuentro,
desinfectar mi cabeza.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Gabriel, me fascino tu poesia

 
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