18.6.07

Escribir mejor

Trataba de escribir mejor. La gente me asesoraba. En el primer puesto del ranking de consejos estaba: -Leé mucho! Pero a mi no me gusta mucho leer y creo que se pueden separar el escribir y ser un gran lector, por ejemplo: no creo que a los asesinos les guste ser asesinados. Y el aprendizaje a través de la lectura, seguramente, me significaría quedar marcado por la influencia directa de gente que escribió mucho mejor de lo que jamás pueda llegar a hacerlo yo. Prefiero que su influencia sea el no haberlos leído.
El asunto era que quería escribir mejor y estaba pensando en probar diferentes cosas.
La borrachera para mi siempre tuvo un encanto decadente, por eso fue lo primero que experimenté. El alcohol me debe haber producido la loca idea de ir con mi cuaderno a caminar por la autopista de noche, en un momento me di cuenta que estaba en el medio de la ruta y que venía un camión de frente a mí a toda velocidad.
Me arrodillé resignado y
-Blanco-
Por suerte estaba bien despierto y lo esquivé ¡Qué pelotudo! Se debía querer matar el imbécil, arrodillado en el medio de la ruta con un cuaderno en la mano.
Como había quedado medio asustado por ese loquito, hice una parada que no estaba en mi recorrido. Me comí unas empanadas y vi una película de Chuck Norris que daban en el parador. Aunque sabía que me iban a descontar bastante guita por llegar tarde, pasé la noche ahí, porque preferí manejar de día y bien despierto.

2 comentarios:

Sergio Felipe Mattano dijo...

Querido Fava: Excelente meditación. La difundida idea de que la lectura es madre de la escritura la bebenmos de esa autoconstrucción cultural llamada Borges quien, como bien afirma Fogwil, dedicó la mayor parte de su vida a convencer al mundo de que la lectura de su corpus literario era imprescindible para cualquier escritor que se intentara culto y prolífico.
Como ud, yo prefiero la borrachera... y el desamor. Un porcentaje elevado de etanol en sangre provoca esa vomitona (en sentido figurado, pero también literal) que honra lo que otros nombran arte.
Otra forma de escribir mejor es el surrealismo. Quienes lo practicmos lo sabemos. Yo he introducido una variante a la escritura automática que consta en la estimulación sensorial permanente durante el trance de escritura, entiendase por ello la repetición de imágenes visuales durane el acto, esuchar jazz, clásica o Spinetta durante el mismo o permitir la estimulación oral de mis músculos en pleno apogeo creativo.
Le recomiendo todas estas variante, por sobre todo la última para la cual puede contar con la muchachada de APP que tan gauchita es para estos menesteres.
Sin más, admirando sus palabra, me voy.
S.M.

Carlos dijo...

Yo por mi parte, escribo mientras juego al padel.

 
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